PEDRO ROBLEDO

Blog personal sobre libros y poesía

Fue una clara mañana, triste, somnolienta

En la marmórea taza
reposa el agua muerta.
Pero con la primera luz del alba
vierte la fuente su monotonía
que más que agua es oro.

Y no calla la fuente, no se calla.
Allá afuera cantando un ruiseñor
que no hace sino desmerecer
el rumor de la fuente,
fuente que tiempo atrás fue frecuentada
y que hoy reposa triste y escondida.

¿Y qué hacer con la fuente cuando acabe
su lírico rumor de viölines,
su encogido secreto?
                                       Sólo queda
tirar de la cadena y a otra cosa.


(Digamos que fue ayer, de Mario Vega. 2021.)

Tagged:

LEAVE A RESPONSE

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Related Posts